Entrada: La familia y la escuela en tiempos de pandemia

La familia y la escuela en tiempos de pandemia Sara Encinas Arana   Lo más complejo durante este tiempo ha sido organizarnos y generar espacios en casa que les permita a los chicos desarrollar las actividades planteadas en la escuela. Al principio todo era un caos, había gritos, llantos, desorden, no querían realizar ninguna actividad […]
Sara Ecinas Arana
Published On: noviembre 28th, 2023By

La familia y la escuela en tiempos de pandemia

Sara Encinas Arana

 

Lo más complejo durante este tiempo ha sido organizarnos y generar espacios en casa que les permita a los chicos desarrollar las actividades planteadas en la escuela. Al principio todo era un caos, había gritos, llantos, desorden, no querían realizar ninguna actividad y mucho menos asumir algunas responsabilidades de la escuela.

Padre de familia, Lima

La pandemia ocasionada por el covid-19 nos trajo cambios inesperados, para los que no estábamos preparados. Transcurridos dos años, las familias dan cuenta de lo que les ha significado la vida durante este tiempo. Entre lo ocurrido, el cambio mayor se dio al interior de los hogares. Según testimonios de las familias entrevistadas, primero sobrevino el caos al tener que atender y responder a todo a la vez, en un mismo espacio, a veces muy reducido: el teletrabajo, los quehaceres del hogar, la educación de sus niños y niñas, entre otras actividades. En algunos casos había, además, un embarazo en camino o un recién nacido arribado en medio de la crisis.

 

Así, cada familia apeló a sus recursos para hacerlo del mejor modo posible y llevar adelante la vida partiendo de una nueva configuración, totalmente distinta a la que estaban acostumbradas; algunas, resistiéndose al cambio con vehemencia, queriendo hacerlo todo como siempre, enganchadas a lo conocido, rogando fervientemente para que la situación terminara y volviera la “normalidad”; otras, rindiéndose a la incertidumbre que la realidad trajo sin preguntar.

 

Para las familias resultó complicado y difícil organizarse, en medio de tantas responsabilidades, con el objetivo de que sus hijos e hijas recibieran educación a distancia. Sin embargo, madres y padres demostraron que la educación de sus hijas e hijos sí les importa. En las zonas rurales más alejadas, por ejemplo, caminaron kilómetros junto a sus hijas e hijos, subieron animosamente montañas buscando una señal para la vieja radio que nunca imaginó vivir esa aventura.

 

La escuela, por su parte, subió el telón del misterio de lo que sucede en cada aula: madres y padres ya no se arremolinaban en la entrada del local para mirar desde el portón; ahora la educación remota los situaba como testigos directos y acompañantes de lo que acontece en el aula. La pandemia puso en evidencia de que no hay escuela sin familia, y que siempre está presente en cada estudiante (Champetier de Ribes 2020), más allá de lo que a veces se piensa sobre su participación.

 

[1] Reflexiones basadas en noventa entrevistas con madres y padres de familia realizadas por estudiantes del Programa de Profesionalización Docente y el Programa de Segunda Especialidad en Educación Inicial del curso Familia, Escuela y Comunidad en el Contexto Educativo, Innova Teaching School, ciclos 2020 y 2021, I y II.

[1] El artículo fue publicado en la Revista Tarea Nº 103 – junio 2022-Perú

[1] Sara Encinas Arana, Consteladora Familiar, Master en Desarrollo, Educadora, Coach ontológico

 

La aventura de la educación remota

 

Como sabemos, en muchos países del mundo se interrumpió el sistema escolar presencial el 2020: “En promedio, cada país ha vivido 20 semanas de cierres completos de escuelas, más otras de 20 semanas de cierres parciales” (Giannini, Jenkins y Saavedra 2022). En el caso del Perú, hasta el 2022 “las escuelas se mantuvieron cerradas 77 semanas, uno de los números más altos en todo el mundo” (Observatorio de la Educación Peruana 2022). Un mínimo porcentaje de escuelas, el 20 %, aquellas que garantizaron tener las condiciones sanitarias, retornaron de manera semipresencial en el último trimestre del 2021.

 

Si bien el Ministerio de Educación (Minedu) creó la plataforma Aprendo en Casa para que llegara a través de la radio, la televisión e internet, las dificultades que enfrentaron las familias para que sus hijas e hijos pudieran recibir educación fueron considerables. Las más golpeadas fueron las de escasos recursos económicos.

 

La educación a distancia requería que cada hogar tuviera acceso a la tecnología, es decir, televisor, radio, computadora o celular; que el número de estos dispositivos fuera suficiente según la cantidad de hijas o hijos; y que las familias contaran con energía eléctrica e internet. Es necesario tener en cuenta, además, que el acceso al servicio de energía eléctrica mediante red pública no cubre todos los ámbitos geográficos del país: a nivel nacional la cobertura es del 92,9 %, y del 79,1 % en las áreas rurales (INEI 2019). Por otro lado, el acceso a internet es del 55,3 % a nivel nacional; y en las zonas rurales, de 18,5 % (INEI 2022a, datos provenientes de la Encuesta Nacional de Hogares, Enaho).

 

Al mismo tiempo, la pandemia puso en evidencia la brecha digital y demostró las escasas habilidades de docentes, madres, padres y estudiantes en el conocimiento y uso de las nuevas tecnologías. Esta situación impactó definitivamente en el acceso a la educación a distancia, al mismo tiempo que mostró las desigualdades y exclusiones.

 

La economía no fue un aliado, ya que las familias fueron fuertemente golpeadas. Numerosos padres y madres perdieron sus trabajos, ya que muchos negocios cerraron; en otros casos los salarios disminuyeron, cuando no prescindieron del personal. Ante esto, “Los hogares en situación de pobreza y con recursos limitados son los que han tenido un mayor impacto por las medidas aplicadas, provocando una reducción de sus niveles de ingresos” (Unicef 2021a).

 

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI 2022b), los problemas económicos y familiares son la principal causa de la no asistencia a un centro de enseñanza entre la población de 6 a 16 años (52,2 %). Al comparar la tasa neta de asistencia entre el 2019 (prepandemia) y el 2021, observamos que disminuyó en todos los niveles: en educación inicial, en 7,5 %; en educación primaria, en 0,9 %; y en secundaria, en 1,9 %. La población más afectada por los problemas económicos se encuentra en las zonas rurales y donde se habla una lengua diferente al castellano.

 

La crisis económica obligó a las familias a migrar de la educación privada a la pública. El año 2020 el Minedu abrió un proceso extraordinario de matrícula para que las familias pudieran migrar de la educación privada a la pública, debido a los problemas económicos suscitados por la pandemia: “Durante el proceso 2020 se logró atender 121 mil solicitudes a escala nacional” (El Peruano 2021). A propósito de esto compartimos el siguiente testimonio

 

Con la pandemia, mi esposo, que trabajaba en proyectos de construcción como independiente, dejó de trabajar; y en mi caso entramos en recesión, por lo que percibía una mínima parte de mi salario. Esto nos llevó a retirar a nuestros hijos del colegio privado y trasladarlos a uno público, ya que no podíamos pagar la pensión y atender todos los gastos familiares (madre de familia, San Juan de Lurigancho, Lima).

El aprendizaje desde casa

 

El celular fue el medio más utilizado para recibir educación a distancia: “La gran mayoría de niños/as y adolescentes que accedieron al internet lo hicieron mediante el celular (87,4 %), seguido por el 29,5 % mediante conexión de internet en el hogar” (INEI 2022b: 7).

 

El WhatsApp fue el medio que más se utilizó en la secundaria rural para acceder a Aprendo en Casa (67,8 %) (Observatorio de la Educación Peruana 2022). Esta herramienta se consideró, además, como el medio a través del cual se establecía una comunicación con los estudiantes y sus familias y se enviaban las evidencias de los trabajos realizados. En zonas urbanas como Lima, las profesoras y los profesores lo utilizaban para enviar audios y tareas:

Mi hija, que cursaba el segundo de secundaria, al comienzo, el 2020, la profesora enviaba audios y un pdf con la clase. Ella tenía que leer y transcribir el contenido del pdf en su cuaderno, luego enviar fotos como evidencia de que había cumplido con la tarea. Esto resultó muy tedioso para ella. Después la profesora cambió y ya no exigía la transcripción del pdf (padre de familia, Comas, Lima).

Seguir las clases virtuales a veces resultaba extenuante. Madres y padres refieren que sus hijas e hijos se distraían con facilidad de los programas de Aprendo en Casa que se transmitían por la televisión y de las clases por Zoom:

Las clases virtuales no llamaba su atención, no había interés, se aburría rápido, siempre se quejaba de algo para no entrar al Zoom (madre de familia, Cusco).

En el nivel de educación inicial, recibir la educación a distancia fue aún más complejo. Algunas familias consideran que no funcionó porque la propuesta metodológica difería abismalmente de la propuesta presencial:

Recibir las clases por el celular, realizar las tareas y las evidencias de aprendizaje fue una pesadilla. Esto debido a que la metodología del nido se centra en el juego-trabajo, donde los niños no hacen planas, fichas, etcétera, sino a través de sectores y de sus propios intereses. Pero recibían fichas y los niños se resistían a hacerlas (padre de familia, Lima).

Por otro lado, el acompañamiento de las clases a distancia no fue sencillo. En muchos casos las personas encargadas de ese acompañamiento carecían de una formación pedagógica o de una metodología adecuada para ayudar a la comprensión de los temas y tareas. Asimismo, a menudo se encontraban trabajando al momento de las clases virtuales, ya fuese en los quehaceres del hogar o en su teletrabajo:

Poco a poco fui encontrando la manera de apoyar a mi niño de inicial cuando tenía sus clases en línea, mientras mi hija que está en sexto grado de primaria hacía sus tareas sola, y solo pedía ayuda para trabajos de fin de bimestre (madre de familia-Lima).

Es importante añadir que resulta mucho más complicado apoyar en las tareas escolares si la persona encargada tiene un bajo nivel educativo.[1] Otro aspecto que importa señalar como parte de la adaptación a la modalidad a distancia es el socioemocional. Dado que la escuela es el lugar de encuentro con amistades y docentes, fue especialmente difícil para niñas, niños y adolescentes mantenerse alejados de ella. Además, el apoyo de los pares en la adolescencia es fundamental; y, debido a la pandemia, chicas y chicos se vieron privados de encontrarse y apoyarse mutuamente. Algunas familias informaron que, en sus hogares, adolescentes, niñas y niños sufrieron ansiedad, estrés, insomnio, desgano, llantos o rabietas, más allá de lo usual, como consecuencia del aislamiento social; y que incluso las personas adultas atravesaron situaciones emocionales complejas.

De acuerdo con el Ministerio de Salud (2021), el número de atenciones a casos de salud mental el 2020 fue 980 504 caso y entre enero y agosto del 2021, se atendieron 813 426 casos. Es urgente preservar la salud mental realizando actividades de prevención con familias y estudiantes, tal como se plantea en el informe de Unicef En mi mente. Promover, proteger, y cuidar la salud mental de la infancia. Estado mundial de la infancia 2021, que se refiere a la necesidad de centrarse “en los factores de riesgo y protección” y aporta recursos y recomendaciones para familias y jóvenes (Unicef 2021b: 3).

Esto se había evidenciado ya antes de la pandemia. Véase, por ejemplo, la experiencia de talleres con madres y padres de familia del Programa de Calidad Educativa de la Fundación Wiese, en el marco del proyecto “Mejor clima escolar, mejores aprendizajes” del 2017 al 2019.

[4] Esto se había evidenciado ya antes de la pandemia. Véase, por ejemplo, la experiencia de talleres con madres y padres de familia del Programa de Calidad Educativa de la Fundación Wiese, en el marco del proyecto “Mejor clima escolar, mejores aprendizajes” del 2017 al 2019.

Un retorno con programas integrales

El retorno a las aulas se inició en marzo del 2022. Algunas familias entrevistadas señalan la importancia de que sus niños y niñas retornen a clases porque valoran la socialización con sus pares, que les permite desarrollarse mejor, sin dejar de lado que consideran que el aprendizaje es mayor cuando las clases son presenciales. Por otro lado, la preocupación de las familias se centra en el retraso que se ha evidenciado en el aprendizaje. Son conscientes de que sus hijas e hijos no han aprendido lo necesario de acuerdo con su nivel y grado. Para superarlo, es necesario implementar programas de recuperación y de nivelación, asintiendo a la realidad que nos ha traído la pandemia con la educación remota.

En el retorno no se puede dejar de lado el aspecto socioemocional, que requiere un lugar privilegiado en las actividades que se planifiquen en las escuelas para favorecer la adaptación al cambio, y cuidar así la salud mental de cada estudiante. Asimismo, queda pendiente la reinserción del segmento de adolescentes que interrumpieron sus estudios por factores económicos, con políticas y programas que acojan y respondan a las necesidades urgentes, en especial entre los sectores menos favorecidos.

Referencias bibliográficas

CAZORLA, Antonella (2021). Covid-19: ¿los nidos de nuestro país lograrán sobrevivir al segundo año de pandemia? El Comercio, Lima, 6 de marzo. https://bit.ly/3t7SasG

CHAMPETIER DE RIBES, Briggite (2020). La escuela, profesores, padres y alumnos. Videoconferencia, Instituto de Constelaciones Familiares. Madrid, 20 de noviembre.

EL PERUANO (2021) ¡Atención! Minedu implementa proceso extraordinario de matrícula 2021, El Peruano, Lima, 19 de marzo. https://elperuano.pe.pe/noticia/117275-atención-minedu-implementa-proceso-extraordinario-de-matricula-2021

GIANNINI, Stefania; Robert JENKINS y Jaime SAAVEDRA (2022). A 100 semanas de la pandemia: la importancia de mantener las escuelas abiertas e invertir en programas de recuperación de aprendizaje. Education for Global Development, 24 de enero. https://bit.ly/3LYuv4f

INEI, Instituto Nacional de Estadística e Informática (2019). Electrificación, en Acceso a los servicios básicos en el Perú, 2013-2019, pp. 25-33. https://bit.ly/3N6pKY2

INEI, Instituto Nacional de Estadística e Informática (2022a). Estadísticas de las tecnologías de información y comunicación en los hogares, 1. Octubre-noviembre-diciembre 2021. Lima: INEI. https://bit.ly/3GvizWR

INEI, Instituto Nacional de Estadística e Informática (2022b). Informe técnico. Estado de la niñez y adolescencia, 1. Octubre-noviembre-diciembre 2021. Lima: INEI. https://bit.ly/3Gv0oAw

MINISTERIO DE SALUD (2021). Nota de prensa. Ministerio de salud atendió 813 426 casos de salud mental entre enero y agosto 2021. Lima. Minsa

https://ww.gob.pe/institucion/minsa/noticias/522324-ministerio -de-salud-atendio-813-426-casos-de-salud-mental-entre-enero-y-agosto-de-2021

OBSERVATORIO DE LA EDUCACIÓN PERUANA (2022). Entre la pandemia y la reapertura de escuelas. Situación de la educación secundaria en el Perú y la región, 2021-2022. Lima: Observatorio de la Educación Peruana. https://bit.ly/3NFHIQU

UNICEF (2021a). Covid-19: impacto de la caída de los ingresos de los hogares en indicadores de niñez y adolescencia. Estimaciones 2020-2021. Lima: Unicef. https://uni.cf/3NO1Xfn

UNICEF (2021b). En mi mente. Promover, proteger, y cuidar la salud mental de la infancia. Estado mundial de la infancia 2021. Nueva York: Unicef. https://uni.cf/3lUL1I4